Entendemos
que la RSE no debería ser una decisión unilateral de los equipos directivos de
una organización. Las
posibilidades de éxito de este tipo de programas aumentarían su eficacia si
estas decisiones pudieran ser compartidas con todos los miembros de la empresa.
Necesariamente
esto implica un mayor conocimiento, máxime cuando la RSE es una propuesta que
se halla en constante dinamismo, y una producción de estas últimas décadas.
Es
por eso que creemos que un camino posible para alcanzar un desarrollo efectivo
de la responsabilidad social, sería la implementación de programas de capacitación
interna, que no sólo conduzcan a los miembros de la organización a comprender
qué es la responsabilidad social, sino también a entender cómo y por qué se
vincula con su actividad, atravesando transversalmente a toda la organización y
desde ella hacia la sociedad.
Por lo
tanto, poder capacitar al personal, no sólo en los temas específicos de la RSE,
sino también en aquellos que implicarían una “metacognición” o ventajas del
aprender a aprender puede resultar significativo para la marcha de la empresa.
De alguna
forma paradójica estos proyectos de capacitación, resultan en sí mismos
programas de RSE, que muestran la circularidad de estas acciones.